martes, 6 de noviembre de 2007

Espejito, espejito: ¿cuál es el mejor balneario de Sudamérica?



La semana pasada el diario Washington Post publicó un artículo basado en una encuesta que hizo la revista de viajes Travel & Leisure, en la que se comparaban en distintas categorías 25 de las principales ciudades de los Estados Unidos. La gran noticia era que la ciudad de Washington DC, la capital de los Estados Unidos donde vivo hace casi 10 años era percibida como “mundana y poco amistosa”. La ciudad tampoco salió muy bien parada en otras categorías, salió elegida penúltima en cuanto a gente atractiva se refiere y última en diversión, como cualidades positivas resaltaron sus museos de entrada gratuita y sus monumentos
Como siempre cuando nos enteramos que piensan de nosotros los demás, nos sorprendemos y muchas veces estamos en desacuerdo. Por supuesto que muchos washingtonianos se mostraron sorprendidos y ofendidos al enterarse que su ciudad es percibida como “aburrida y poco amistosa”. Aunque la verdad que la experiencia me dice que la gente que vive en esta ciudad no tiene (o debería decir tenemos) demasiada paciencia con los turistas, se los mira como un mal necesario ya que contribuyen a la economía de la ciudad, pero nadie que vive en Washington todo el año se alegra de verlos llegar, se los ve como una manada de personajes equipados con cámaras de fotos, zapatos antiestéticos (pero cómodos) y mapas varios que hablan fuerte y entorpecen el paso. La actitud de los washingtonianos no es muy diferente a la de los habitantes de otras ciudades que tienen una gran afluencia de turistas, como Paris o Madrid. Todo esto me puso a pensar y a preguntarme que piensa realmente y digo REALMENTE la gente que visita Punta del Este por primera vez. ¿Qué piensa la gente de la ciudad? No de los cielos ni los atardeceres que son una verdadera maravilla, sino de la experiencia en general ¿Con qué impresión se van? ¿Si existiera un ranking, como quedaría clasificada frente a otra ciudades balnearias? ¿Cuáles son sus fuertes? ¿En qué falla? ¿Existe algún lugar donde la gente pueda ir a quejarse si está desconforme con algo? Ni la Saint Tropez de Sudamérica ni la Perla del Atlántico, me interesaría saber que piensa la gente del Punta del Este que recién conoce, en muchos casos atraídos por clichés como los dos primeros.
Hace un año que estoy suscripta a una pagina web que se llama International Living. Esta página está pensada para gente que quiere explorar la posibilidad de vivir en otras partes del mundo, ya sean jubilados, inversores o aventureros. La semana pasada recibí un e-mail en el que promovían un seminario con esta frase: “Un estilo de vida del primer mundo sin los precios”. ¿A que se referían? ¿A Chile, quizás? No, no era Chile, era nuestro querido Uruguay y a continuación de esa frase matadora había una foto de Punta del Este sacada desde algún lado de la Playa Mansa. Asistir a este seminario titulado “Viva y Prospere en Uruguay” que empieza el 28 de noviembre y dura 3 días, cuesta 1.195 dólares por persona. Se va a llevar a cabo en el Radisson Montevideo Victoria Plaza, en este monto solamente está incluido el seminario, una recepción de bienvenida, despedida, un city-tour de Montevideo y los materiales de apoyo. Los gastos de pasajes, alojamiento y viáticos corren por cuenta de los participantes. El correo electrónico promete que en esos tres días se van a develar los secretos que van a permitirle a uno gozar de un país del primer mundo a mitad de precio, comprar propiedades e invertir aconsejado por expertos. Uno de los conferencistas es el mismísimo Ministro de Turismo del Uruguay, Héctor Lezcano, otro es Juan Federico Fischer del Estudio LVM de Montevideo, también hay varios inmobiliarios, la mayoría con sede en Argentina, y una persona del Banco Bilbao Vizcaya. El maestro de ceremonias es un americano llamado Lee Harrison dedicado a promover al Uruguay en el exterior, quien según lo que dice el correo electrónico, descubrió las tierras charrúas hace 3 años y ahora divide su tiempo en entre Montevideo y Punta del Este. Por supuesto que esta iniciativa me intriga y me parece por demás interesante, me da un poco de pena que como sucede muy a menudo, la idea de promover el país más agresivamente dando información concreta y práctica (movilizando hasta el Ministro de Turismo) venga de extranjeros, que por momentos parecen ser más eficaces en vender al Uruguay en el exterior que los mismos uruguayos.
Volviendo al tema de la percepción que tenemos de nosotros mismos versus lo que los demás piensan, hace poco me encontré tratando de defender Punta del Este de una agente de viajes neoyorquina. La mujer visitó Punta del Este el año pasado y salió con la impresión de que la ciudad estaba sobrevaluada, el servicio dejaba bastante que desear, la propiedad que alquiló no era lo que decían así que terminó mudándose a un hotel y parece que al no hablar español la vida se le hizo bastante difícil. Me decía “La verdad que no se compara con Southampton (un balneario a 2 horas y media de Nueva York) ni con la Costa Azul”. Entonces pensé, cuando voy a Punta del Este, vuelvo a casa, así que demasiado objetiva no soy, mi percepción está contaminada por el cariño que siento, pero ¿como ve a Punta del Este alguien que la visita por primera vez?. Punta es un balneario, una ciudad turística, ¿Se está haciendo todo lo posible por satisfacer a la gente que la elige como destino sobre otras opciones y alimenta la economía? Este es un caso particular, Punta del Este no tiene porque necesariamente fascinar a todo el mundo, pero a veces no puedo dejar de pensar que la actitud con la que se toma la crítica es demasiado displicente, en lugar de tomarla como una oportunidad de saber que es lo que están pensando los demás y tenerla en cuenta como un elemento más que de repente merece un poco de introspección. Aceptando las críticas que tienen una base lógica, no se compromete necesariamente la identidad de la ciudad, sin embargo parece que en muchos casos se elige ignorar todo lo que no sea alabanzas, ya que de todas maneras, sino no son esos que protestan, serán otros los que vienen. Punta de Este sigue vivo y creciendo, acaba de cumplir un siglo de vida, cada día hay más extranjeros que codician sus bellezas naturales y su tranquilidad ¿No es cierto? Al fin y al cabo, ¿No lo publicitan como “el primer mundo sin los precios”? Ojo que esto no sea en el fondo una visita al “cuarto de los espejos” como los que había en los parques de diversiones cuando yo era chica, entrábamos en el cuarto y nos reíamos al ver distintas versiones distorsionadas de nosotros mismos, en ese entonces nos parecía gracioso, ahora en un mundo en el cual la competencia cada día es más encarnizada, nos puede salir muy caro.
Florencia Sader
Noviembre 2007
Washington, DC