viernes, 24 de abril de 2020

Webinar: "El futuro de los viajes y la nueva normalidad" por el periodista norteamericano Peter Greenberg


Esta conferencia fue organizada por SAHIC South American Hotel and Tourism Investment Conference, en el marco de las SAHIC e-Mettings, una serie de conferencias virtuales acerca de temas que hacen a la realidad y al futuro de la industria turística en tiempos del Coronavirus.
El fundador y CEO de SAHIC, Arturo García Rosa vive hace ya unos años en Punta del Este, en la zona de La Barra.

La conferencia comienza la bienvenida de García Rosa a Peter Greenberg quien está en su casa en el estado de Nueva York. Greenberg comenta que hace 6 semanas que está en su casa, y que desde que tiene 17 años, es la primera vez que esta tanto tiempo en un solo lugar, sin viajar.

Viajar se ha convertido en algo que un porcentaje cada vez más grande de las personas realizamos habitualmente, viajes por negocios, viajes de placer, mudanzas a otros países o ciudades. Gran parte de los seres humanos nos hemos acostumbrado a los viajes como una parte importante de nuestras vidas. En muchos casos, es el momento por el cual trabajamos y nos sacrificamos gran parte del año, por la promesa de esa posibilidad de subirnos a un avión y alejarnos a una tierra lejana, en la cual por unos días, nos podremos olvidar de nuestros problemas cotidianos.

Todo eso tal cual lo conocíamos, nos ha sido arrebatado, al menos por el momento, por un enemigo invisible y mortífero, que nos acecha desde lo que parece ser todos lados. La mano de un amigo, el aliento demasiado cercano de un desconocido, la superficie de metal sin limpiar…. el enemigo es poderoso y se esconde en demasiados lados. Nos dicen que es seguro es nuestro hogar: #QuédateEnCasa,#StayHome, rezan todas las campañas y eso estamos haciendo la mayoría de nosotros, a lo largo y ancho del mundo. Los que podemos, nos quedamos en nuestras casas día tras día , y nos preguntamos cuándo será  el momento en que podamos enfrentar el mundo más allá de nuestras cuatro paredes, sin miedo.

Greenberg comparó la crisis del Coronavirus con lo que pasó luego de la caída de las Torres Gemelas en 11 de setiembre de 2001, y puntualizó que en este caso es todavía más difícil, ya que si bien el ataque terrorista disparó entre la gente le miedo a volar, esto se fue paliando poco a poco incrementando las medidas de seguridad en los aeropuertos. En esta caso es más difícil, ya que el enemigo es invisible y muchas veces casi imposible de detectar, ya que por más test para medir la temperatura de los pasajeros, o asegurarse de que nadie con síntomas suba a un avión, hay demasiadas interrogantes acerca del comportamiento de este virus y la información que le llega al público es mucha veces contradictoria.

Según Greenberg no va a haber de golpe una luz verde, y vamos a poder viajar todos, como lo veníamos haciendo hasta ahora, la vuelta de los viajes va a ser algo gradual y va a depender de varios factores, ya que en esto cada nación esta con su librito, si bien unos países están tomando ejemplo de los otros, cada nación está eligiendo como tratar el COVID 19 de forma individual. Lo lógico es que algo parecido pase con el tema de sus viajes, unos países van a ser más flexibles que otras cuando llegue el momento en que la mayoría de la gente que viajaba se atreva a volver a hacerlo. Si bien la OMT aboga para que los países se pongan de acuerdo para implementar un protocolo que trascienda fronteras en el tema de los viajes, lo que viene pasando hasta ahora nos hace predecir que no va a ser fácil que las naciones se pongan de acuerdo con la celeridad que nos gustaría.
Greenberg predice que los primeros viajes van a ser en el entorno cercano, una salida en auto con la familia o la pareja a un destino cercano, esos van a ser los primeros pasos de una población que todavía va a estar asustada por ese enemigo invisible que es el Coronavirus. Luego si eso salida sale bien, de a poco la gente se va a animar a empezar a subirse en aviones con destinos más remotos o exóticos. Siempre y cuando las aerolíneas y los alojamientos los provean de algunas garantías.

Cuando nos atrevamos a volver a viajar, según Greenberg, nos esperan varios cambios. Adiós al asiento del medio en los aviones, ya que hasta que no se descubra una vacuna efectiva para el virus, no va a ser aceptable tener a los pasajeros unos encima de los otros, como lo era hasta hace poco en la clase turista de la mayoría de las aerolíneas. Delta Airlines ya lo está implementando. También el protocolo de abordaje de los aviones va a cambiar. Estos se empezaran a llenar de atrás hacia adelante, para minimizar el contacto entre los pasajeros.

Adiós a los buffet de los “all inclusive”, o al menos de la manera en que los conocíamos hasta ahora. Sí se puede tener algo similar, pero en este caso debe ser personal el que sirva los comensales y estos limitarse a apuntar a lo que quieren. Nada de tener varias personas apiladas en una mesa de comida.

La industria de los cruceros la va a tener difícil, ya que si bien a nivel global, los episodios que se registraron de contagio en los barcos representan solamente el 2% de los barcos que en ese momento se encontraban navegando, la repercusión mediática que tuvieron estos casos impactó muy negativamente en la industria. Basta recordar el caso del crucero australiano Greg Mortimer, varado en Montevideo, luego que varios puertos les negaran el derecho de atracar.

También vamos a ver cuáles aerolíneas sobreviven esta crisis, y cuanto costaran los pasajes aéreos, ya que a pesar de los salvajes y los subsidios gubernamentales, algunas aerolíneas, como las “low cost”, van a tener que rever su modelo de negocios, en vista de los cambios que impone la nueva realidad. Recientemente dieron quiebra tres aerolíneas: South-African Airways, Norwegian y Virgin Australia.

Otros que también se van a ver afectadas son las plataformas de alquileres temporarios como Airbnb o Booking, ya que es más difícil asegurar ciertos estándares de sanidad requeridos hoy en día, con tantos anfitriones. Esta puede ser una buena oportunidad para los hoteles de tomar ventaja y recuperar parte del terreno que tenían perdido.

Lo que Greenberg no se cansó de recalcar es que el cambio, las nuevas prácticas y políticas necesarias para volver a atraer a los clientes y darle la seguridad a la gente de que es seguro poder volver a viajar, comer en restaurantes, etc., tiene que venir de la industria misma, de la iniciativa privada, ya que si se esperan regulaciones gubernamentales u oficiales, estas pueden llegar tarde y ser en muchos casos impracticables por un tema de costos en una industria que fue una de las más golpeadas con esto de la pandemia.
De esta se sale entre todos, y una vez más el que se adapte primero es el que va a correr con ventaja.




sábado, 28 de marzo de 2020

Las campañas políticas en el tiempo del Corona virus


La distancia social, o más concretamente el aislamiento, -como lo fue en el caso de mi cuarentena preventiva luego de volver de Holanda-, hacen que uno se entretenga haciendo cosas para las cuales normalmente no tiene, o no se hace el tiempo.
En mi caso fue asistir de forma remota a la conferencia: “Cinco cambios en las campañas políticas que trajo el COVID-19”

Esta conferencia fue dada por el consultor político ecuatoriano Andrés Elías, un experto en comunicación política digital.
Andrés empieza su conferencia hablando de la pandemia y sus consecuencias para la economía mundial, se calcula que se van a perder unos 25 millones de empleos, y se dice que esta crisis va a ser más devastadora que la del 2008.

En un escenario semejante es tiempo de reinventarse, todo un desafío para los políticos latinoamericanos que en su mayoría son varones mayores de 45 años, acostumbrados a las campañas de cercanía, a “caminar el territorio”, a los actos políticos presenciales, a la reunión en el comité. Todo eso se acabó por un tiempo.

Las campañas en general se caracterizan por tratar de dar a conocer y humanizar al candidato. La foto del político besando el bebé o abrazando a la viejita sonriente ya no son posibles en el tiempo del distanciamiento social. Es tiempo de reinventarse.
Las campañas van a ser en su mayoría digitales y por WhatsApp, para lo cual es muy importante la tecnología y conceptos como microsegmentación y la georreferenciación. Toca modernizarse y aquí es donde un buen asesor en estos temas pasa a ser muy importante. Llegar a distintos públicos con distintas herramientas.

Otra característica de las campañas políticas en los tiempos que se vienen es que no van a poder ser campañas que sean percibidas como millonarias. Nadie en tiempo de crisis quiere ver que el dinero, ya de por si escaso, está siendo gastado a manos llenas en carteles, remeras, merchandising o pautas publicitarias. Según Elías, una campaña que sea percibida como austera va a ser mejor recibida en estos tiempos de incertidumbre. La sociedad está susceptible y si una campaña es percibida como un derroche de dinero, el efecto puede ser el contrario al deseado.

Otro concepto que se manejó es el del contenido “snackable”. Se llama así al contenido digital más actual y divertido, es el que llena nuestro feed de Instagram de fotos y vídeos de colores, recursos creativos y una estética que engancha. Como su nombre indica, es un snack, un aperitivo para la vista, que hace que queramos consumir más y más. Muchas marcas llevan años invirtiendo y afinando su comunicación a través de este estilo de contenido moderno, atractivo y de fácil registro.

Obsoletos quedaron los largos discursos del candidato sentado en su despacho, las fotos del candidato abrazado a otros correligionarios con la insignia del partido de fondo. Ese mensaje y esa estética corría en los años setenta cuando había cuatro canales de televisión, ahora la gente sufre una sobrecarga de información. Se calcula que diariamente vemos unos 3000 a 5000 contenidos, el equivalente a unos 165 periódicos al día.

Como verán no son pocos los desafíos que también tendrán que enfrentar las campañas políticas. El concepto de distancia social llegó para quedarse con nosotros por tiempo indeterminado y con él nuevos desafíos.

El que se “aggiorne” primero va a correr con ventaja.


domingo, 15 de marzo de 2020

A no lavarnos las manos


Me tocó hacer cuarentena. Estuve diez días en Holanda representando a Punta del Este en un evento con gente de todo el mundo y a mi vuelta a Uruguay decidí aislarme sola en mi casa por catorce días.
Hoy con el diario del lunes, volviendo a tener la oportunidad de decidir si viajar o no, quizás no lo hubiera hecho, pero a lo hecho pecho, y la verdad que la pasé genial. Al momento de mi viaje Holanda no era uno de los países más afectados por el COVID-19, es más, creo que había apenas un par de casos, si es que los había. La gente actuaba en consecuencia, poca bola al tema, prácticamente nadie con las famosas mascarillas y un volumen normal de gente en los transportes públicos.
En mi viaje de ida los aeropuertos de Barajas y Schipol estaban todavía llenos de gente, y solamente algunos de ellos llevaban máscaras.  A medida que fueron pasando los días el tema fue escalando, acicateado principalmente por su presencia constante en las noticias y ya era tema de conversación obligado con taxistas y otras personas con las que uno se topa en los viajes.
Como no puedo ni quiero luchar con mi tendencia de tratar de encontrarle el lado positivo a las cosas, puedo decir que mi estadía en Holanda en tiempos del Corona Virus me permitió tener un tête à tête con las obras de los maestros holandeses como Veermer o Rembrandt en un poco concurrido Rijksmuseum. 
También me permitió estar prácticamente sola subiendo la interminable y empinada escalera de la torre de la Nieuwe Ker (Iglesia nueva) de la deliciosa ciudad de Delft, desde donde se puede apreciar una vista que quita el aliento.
Otro cantar fue la vuelta, al aterrizar en el aeropuerto de Barajas y tener que atravesarlo buscando la puerta de salida del Air Europa para Montevideo. En ese trayecto apenas me crucé con algún otro pasajero con cara de susto en un aeropuerto prácticamente desierto, sin free-shops ni cafés donde tomarse la última caña o bocata, ahora si una gran cantidad de personas usaban las máscaras, dándole a la escena un carácter de película apocalíptica.
Ya aterrizada en Uruguay decidí ponerme en cuarentena en mi casa. En mi caso fue un poco más difícil porque implicaba hacerlo en solitario ya que mi marido no había viajado y no era realista pensar que por más precauciones que tomáramos podíamos compartir la casa sin que en algún momento se viera expuesto al contagio, si es que tuve la mala suerte de agarrarme el bicho este. Así que por suerte nos prestaron un departamento en la Punta por unos días y allí partió mi marido, dejándome en la casa con nuestras mascotas.
Voy por mi tercer día de cuarentena, cuarentena que empezó como algo voluntario, pero ahora un decreto del gobierno nacional la hizo obligatoria y la verdad que por ahora no me va tan mal. Estoy aprovechando este tiempo para hacer esas cosas en la casa para las que uno nunca tiene tiempo ni ganas: ordenar placares y cajones, tirar cosas viejas, en fin, despejar la vida de tanta cosa innecesaria que nos pesa, aunque no nos demos cuenta.
Es increíble como las cosas se acomodan solas, ya la cuarentena en solitario parece haberme impuesto un ritmo propio que sigue la luz del sol, me levanto y me acuesto temprano. Mantengo contacto con mis amigos y familia por WhastsApp, sigo las noticias y mantengo un mínimo de presencia en las redes sociales. Este tiempo lo siento como una oportunidad de hacer una pausa, de mirar un poco para adentro, de hacer lo mismo que estoy haciendo con la casa, de descongestionar la vida de cosas innecesarias.
Veo con preocupación como en un momento en que el mundo nos recuerda que estamos todos interconectados, y un chino comiéndose un murciélago en China resulta en que meses más tarde yo esté en cuarentena en mi casa en Punta del Este, todavía hay gente que parece no entender que de este tipo de cosas se sale entre todos y que actitudes alarmistas y discriminatorias no le hacen bien a nadie y lo único que hacen es sembrar el pánico en un momento que requiere de sensatez, cordura y solidaridad. A no lavarse las manos y que esto no sea un "Sálvesequienpueda". De esta solamente se sale juntos

lunes, 6 de enero de 2020

Un "asadito de obra" en Noche de Reyes

Pablo Atchugarry nos tiene acostumbrados a lo grande. No solo porque sus esculturas de mármol de carrara miden varios metros, o por su imponente porte, sino porque que se nota su entrega de cuerpo y alma en todo lo que emprende.
Ese es el caso en la colocación de la piedra fundamental de su museo de arte latinoamericano, un proyecto que le encargó a Carlos Ott y ya está bastante adelantado.
Una alfombra roja marcaba la entrada a que lo será el subsuelo del edificio, una pantalla mostrando el render de lo que será el museo y los geniales croquis de Ott eran acompañados por música triunfal que hacía que los que asistimos para celebrar este gran acontecimiento para Punta del Este y el país, nos sintiéramos protagonistas de un hecho épico.
Mesas redondas, sillas y más sillas, parrillas humeantes, bebidas, todo para agasajar a los presentes en esta Noche de Reyes.
El protagonista es Pablo Atchugarry, pero en su generosidad Pablo decide compartir estos acontecimientos con todo aquel que se quiera acercar.
Se acercaron ex presidentes, el presidente electo, la ministra de cultura, el intendente, mecenas de las artes, el arquitecto e ingeniero responsables del proyecto, artistas, vecinos, amigos, curiosos...
Todos celebramos el nacimiento de este museo que seguramente apostará a la excelencia, ya que fue concebido como todo lo que Atchugarry hace, con la sencillez de los grandes.




domingo, 5 de enero de 2020

Mano a mano


¡Qué linda polémica que se armó con esto de la intervención de La Mano!

Es un hecho de que en el mundo hay sobrados ejemplos de intervenciones en obras en espacios públicos, sin irnos demasiado lejos, la intervención “Historia de caballos” del artista Diego Masi en la escultura “El Entrevero” en 1998.

Incluso la polémica Mano fue intervenida por el artista Marcelo Morillas en el 2003, con permiso de Irarrazábal. Consultado el artista en una nota realizada por el diario de El País en 2012, el chileno dijo que tomó esa intervención "con humor. Incluso si quieren pintarle las uñas todos los años que lo hagan. No es una estructura de mármol preciosista", declaró.


En el 2005 tuve el privilegio de poder ver en el Central Park de Nueva York “The Gates” o “Las Puertas”, una obra del matrimonio de artistas Christo (búlgaro de nacimiento) y Jean Claude (marroquí). Esta obra consistía en unas 7053 “puertas” de color amarillo azafrán que fueron instaladas en los senderos del parque. Medían 5 metros de alto y, combinados, tenían un ancho de 37 kilómetros. La intervención duró dos semanas. Los artistas tardaron 20 años en conseguir el permiso de la ciudad para realizar este proyecto. Al igual que muchas personas, viajé especialmente desde Washington DC a Nueva York en un frio febrero con mi marido y una amiga, para poder ver la obra en vivo y en directo.


Este matrimonio se hizo famoso por sus espectaculares intervenciones artísticas alrededor del mundo, entre ellas la que está en la foto que se llevó a cabo en 1995 y consistió en envolver el Reichstag de Berlín con más de 70.000 metros cuadrados de tela. Christo y Jean Claude atrajeron todas las miradas del mundo y a millones de visitantes a la capital alemana.


Otro ejemplo de intervenciones en monumentos es el florista belga Geoffroy Mottart que construye elaborados arreglos florales en forma de coronas y barbas y los coloca en monumentos públicos en la ciudad de Bruselas.
Y podría seguir enumerando intervenciones temporarias en obras en los espacios públicos, con pintura, con luz, con adhesivos, con materiales no tradicionales.

Independientemente si nos gusta o no nos gusta lo que el argentino Alfredo Segatori hizo en la obra de Irarrazábal, lo que sí creo que se puede mejorar es los procesos para la aprobación de este tipo de cosas.


¿Y si, previa consulta con un restaurador de arte, para ver si La Mano resiste tanta pintada y qué hace falta para conservar la obra, se hace un concurso anual o cada dos años para que artistas del mundo entero entreguen un boceto con especificaciones proponiendo cómo intervendrían la obra por 48 horas?

El jurado tendría que estar integrado por gente idónea que valore y fundamente el mérito artístico de la propuesta, y también por gente que represente a la comunidad.

Ya se que me van a decir que, por qué no se les da prioridad a los artistas locales. Y bueno, ese puede ser uno de los criterios de selección, entre un local y un extranjero que propone algo que a criterio del jurado es igualmente bueno, se selecciona el local. Siendo Punta del Este la vidriera que es a nivel internacional sería una pena no abrir la convocatoria a artistas extranjeros que tienen su trayectoria y sus seguidores.

Otra idea todavía mejor, y dejamos la obra original en paz, es hacer moldes de yeso o concreto a menor escala de La Mano, dárselos a artistas para que los intervengan y colocarlos por un par de semanas en distintas partes de Punta del Este, a la manera de lo que fue "Cows on Parade" que se hizo en distintas ciudades alrededor del mundo. 

Esto dentro de una campaña de expectativa, que la gente se saque fotos con las obras, que voten online la que más les gusta. Se les puede sugerir a los artistas participantes que hagan una serie limitada de modelos más pequeños de su obra y las pueden comercializar como un souvenir coleccionable.
Esa idea, si que me gusta.... continuará