domingo, 25 de noviembre de 2012

Un mundo de ficción


“La ficción se inaugura, no cuando el primer humano miente, sino cuando los demás reconocen su mentira y prefieren ignorarla.” (Jorge Volpi- “Leer la mente- El cerebro y el arte de la ficción”)


Es innegable, que vivimos en un mundo que tiene mucho de ficción.  Hay tantas cosas que el colectivo de personas que nos rodean- llámese familia, compañeros de trabajo, vecinos o compatriotas- elegimos pretender que nos creemos. Una infinidad de conceptos e ideas que damos como verdaderas, que son simplemente mentiras colectivas. A fuerza de repetirlas, terminamos aceptándolas como verdades.

Lo importante es la complicidad entre los miembros de los grupos arriba mencionados. Una vez que algún inadaptado empieza a cuestionar la supuesta mentira devenida verdad, la cosa se complica.

Tomemos por ejemplo una familia: Todo el mundo en el fondo sabe, que el hijo menor de la familia Pérez no sirve para nada (todos menos los Pérez).  Este benjamín sostiene el dudoso record de haber pasado por cinco trabajos en dos años, y a sus 33 años volvió a casa de sus padres después de convivir con su novia por unos penosos cinco meses (penosos para ella).  Sin embargo se dice entre los miembros de la familia que Pedrito es muy inteligente. Nadie se atreve a cuestionar esto abiertamente, aunque las pruebas de la tal inteligencia son escasas. En el inconsciente colectivo de la familia Pérez está instalada la idea de que este zángano de mediana edad es una lumbrera con mala suerte. Probablemente esta mentira fue fomentada hace casi tres décadas por la madre de Pedrito, desesperada por tener un hijo varón, pero el hecho es que la idea persiste y es aceptada por la mayoría de los miembros esta familia.

La publicidad se sirve de esta tendencia que tenemos los humanos de aceptar mentiras como verdades, si nos las presentan de una forma lo suficientemente atractiva. Una idea que nos llega simple, linda, azucarada, fácil de digerir, muchas veces es adoptada, deglutida y en algunos casos regurgitada como si fuera propia.

¿Cuántos eslóganes que no resisten demasiado cuestionamiento hemos repetido a lo largo de la historia?

“Maldonado Contigo Esta Mejor” ¿Con quién está mejor? ¿Conmigo? ¿Con la actual administración municipal? “Uruguay Natural” viene perfilándose como una de esas ficciones que elegimos tragarnos. Un país entero lo repite como un mantra,  a pesar que numerosos ejemplos ilustran que Uruguay ERA natural, cuando no había tantos interesados en invertir en mega minería, puertos de aguas profundas, colosales emprendimientos inmobiliarios que no responden a una necesidad de mercado, en zonas que todavía pueden ser consideradas como reservas.

No hay nada de malo en la ficción, siempre y cuando se limite a entretenernos, hacernos reflexionar o soñar desde una novela o una buena película. Lo preocupante es cuando esta empieza a sustituir la realidad y aunque en el fondo sabemos que algo no es cierto, nos resulta más cómodo aceptar la mentira que ir en contra del rebaño y ser esa voz que despierta al resto del sueño auto inducido.

¿No será hora que nos vayamos despertando?