“La ficción se inaugura, no cuando el primer humano miente, sino
cuando los demás reconocen su mentira y prefieren ignorarla.” (Jorge Volpi- “Leer la mente- El cerebro y
el arte de la ficción”)
Es innegable, que vivimos en un mundo que tiene
mucho de ficción. Hay tantas cosas que
el colectivo de personas que nos rodean- llámese familia, compañeros de
trabajo, vecinos o compatriotas- elegimos pretender que nos creemos. Una
infinidad de conceptos e ideas que damos como verdaderas, que son simplemente
mentiras colectivas. A fuerza de repetirlas, terminamos aceptándolas como verdades.
Lo importante es la complicidad entre los miembros
de los grupos arriba mencionados. Una vez que algún inadaptado empieza a
cuestionar la supuesta mentira devenida verdad, la cosa se complica.
Tomemos por ejemplo una familia: Todo el mundo en
el fondo sabe, que el hijo menor de la familia Pérez no sirve para nada (todos
menos los Pérez). Este benjamín sostiene
el dudoso record de haber pasado por cinco trabajos en dos años, y a sus 33 años
volvió a casa de sus padres después de convivir con su novia por unos penosos
cinco meses (penosos para ella). Sin
embargo se dice entre los miembros de la familia que Pedrito es muy inteligente.
Nadie se atreve a cuestionar esto abiertamente, aunque las pruebas de la tal
inteligencia son escasas. En el inconsciente colectivo de la familia Pérez está
instalada la idea de que este zángano de mediana edad es una lumbrera con mala
suerte. Probablemente esta mentira fue fomentada hace casi tres décadas por la
madre de Pedrito, desesperada por tener un hijo varón, pero el hecho es que la
idea persiste y es aceptada por la mayoría de los miembros esta familia.
La publicidad se sirve de esta tendencia que
tenemos los humanos de aceptar mentiras como verdades, si nos las presentan de
una forma lo suficientemente atractiva. Una idea que nos llega simple, linda,
azucarada, fácil de digerir, muchas veces es adoptada, deglutida y en algunos
casos regurgitada como si fuera propia.
¿Cuántos eslóganes que no resisten demasiado
cuestionamiento hemos repetido a lo largo de la historia?
“Maldonado Contigo Esta Mejor” ¿Con quién está
mejor? ¿Conmigo? ¿Con la actual administración municipal? “Uruguay Natural”
viene perfilándose como una de esas ficciones que elegimos tragarnos. Un país entero
lo repite como un mantra, a pesar que
numerosos ejemplos ilustran que Uruguay ERA natural, cuando no había tantos
interesados en invertir en mega minería, puertos de aguas profundas, colosales emprendimientos
inmobiliarios que no responden a una necesidad de mercado, en zonas que todavía
pueden ser consideradas como reservas.
No hay nada de malo en la ficción, siempre y
cuando se limite a entretenernos, hacernos reflexionar o soñar desde una novela
o una buena película. Lo preocupante es cuando esta empieza a sustituir la
realidad y aunque en el fondo sabemos que algo no es cierto, nos resulta más cómodo
aceptar la mentira que ir en contra del rebaño y ser esa voz que despierta al
resto del sueño auto inducido.
¿No será hora que nos vayamos despertando?