domingo, 20 de noviembre de 2011

La lección que nos dejó la Ermita de la Virgen de la Candelaria

Juntemos una imagen religiosa con gran arraigo en la comunidad, una playa, una construcción de más de cuatro metros de alto, un grupo de vecinos, una comisión de patrimonio con apenas un año de existencia, un municipio, una donación de una familia, fallas de comunicación entre un municipio y su gente, una red social, los medios de comunicación locales y tenemos: la polémica de la Ermita de la Virgen de la Candelaria, una madeja muy difícil de desenredar y que lamentablemente está dividiendo a los puntaesteños.
El Municipio de Punta del Este dejó públicamente asentada su posición este sábado pasado, a través de una reunión entre el Alcalde, vecinos y representantes de la Comisión de Patrimonio de Punta del Este que duró la friolera de tres horas y media: La Ermita de la Virgen de la Candelaria no se modifica. Si del municipio depende, va a quedar tal como está ahora, ya que fue aprobada unánimemente en su momento, por los concejales.
El proceso democrático es así, nos recordó nuestro Alcalde, elegimos a nuestros gobernantes y ellos después toman decisiones por nosotros. Si se equivocan, nuestra oportunidad de desaprobar su gestión es en las urnas, si estos se postulan nuevamente. Son las reglas del juego: los políticos lo saben, los ciudadanos tampoco lo ignoran, a llorar al cuartito- no al cuarto oscuro, en ese se vota-.
Aparentemente, el grupo de ciudadanos descontentos con la ermita emplazada en la playa de El Emir, no somos suficientes, el Alcalde dice recibir las felicitaciones de otros vecinos que están encantados con el proyecto. En fin, el tiempo dirá si el discutible tratamiento de este asunto hizo alguna mella en el municipio y sus actuales integrantes.
Lo que no se puede negar es que Punta del Este, especialmente la península necesita mantenimiento, mucho más del que tiene hoy. Este domingo, salió en el diario argentino La Nación, un artículo titulado “Punta Premium” en el que se habla de la garzonización o rochización de las inversiones. Esto no es ninguna novedad, hace rato que el desarrollo se va corriendo hacia el Este, ya que mucha gente que venía a buscar sol, playa y tranquilidad, ya no lo encuentra en las inmediaciones de la península, sino que más bien se enfrenta a bullicio, tráfico, pozos y sombras de edificios.
La península es el lugar donde no sólo nació Punta del Este, sino dónde se encuentra gran parte de las atracciones turísticas enumeradas por la página web del Ministerio de Turismo: Puerto Nuestra Señora de la Candelaria, Imagen de Nuestra Señora de la Candelaria, Faro de Punta del Este, Plazoleta Gran Bretaña, Plaza Artigas (Paseo de los Artesanos), Plazoleta Rincón del Ingenio, Paseo de esculturas de las Américas, Parroquia Nuestra Señora de la Candelaria, Avenida Gorlero y Rambla de Circunvalación.
¿En qué estado se encuentran las plazas, paseos, construcciones, avenidas y ramblas enumeradas en esta lista? Basta darse una vuelta para ver cuán justificada es la preocupación de los vecinos que poco a poco –primero por las redes sociales, luego organizando espontáneas reuniones- están tratando de hacerse oír.
Veremos si del otro lado hay alguien que los quiera escuchar, y reconocer que muchos de sus reclamos son justificados, legítimos y necesarios.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

El incierto futuro del Muelle de Mailhos

De cabeza, bomba, planchazo o bajando despacito por las escaleras de hormigón, parando en cada escalón mientras que poco a poco uno se va acostumbrando a la temperatura del agua, primero los pies, después hasta la rodilla, luego hasta la cintura, y desde allí : ¡Al agua!
¿Quién alguna vez no se ha tirado al agua desde el muelle de Mailhos? ¿Quién no nadó en estas aguas? ¿Quién no hizo la plancha, mientras miraba el siempre cambiante cielo de Punta del Este? ¿Quién no se sentó en la punta del muelle para ver algún atardecer?
Esta playita, una de las pocas que quedan en la península- junto con Las Mesitas, El Emir y la Playa de los Ingleses- es parte intrínseca de todos los puntaesteños. Si hacemos el esfuerzo, la mayoría de nosotros puede rescatar algún recuerdo que tiene este muelle como escenario.
A raíz de la construcción de la polémica ermita para la Virgen de la Candelaria en El Emir, unos cuantos vecinos, “Los indignados de Punta del Este”, como los llamo yo, un poco un broma, otro poco en serio, nos acercamos para apoyar a la Comisión de Patrimonio de Punta del Este en su quijotesca tarea de tratar influir en las decisiones municipales.
Fue en una de estas reuniones que me enteré que este verano la playita de Mailhos no va a estar habilitada para baños, según informó la Prefectura al Municipio de Punta del Este. Según lo que ha trascendido en breve veremos cartelería informando de esta decisión a los esperanzados bañistas de todos los extractos sociales que utilizan esta playa- ya que la disfrutan tanto los dueños de los departamentos vecinos, que pagan generosas contribuciones inmobiliarias por esta privilegiada ubicación-, como los numerosos empleados de negocios, restaurantes y edificios que durante la agitada temporada se pueden hacer de un momento para refrescarse con un baño de mar. La medida es tan democrática como antipática, a todos ellos, mejor dicho- a todos nosotros- nos van a estar prohibidos los refrescantes chapuzones desde el muelle de Mailhos.
“¿Por qué?” fue lo primero que atiné a preguntar. ”Porque el muelle está en muy mal estado, necesita ser restaurado y no hay presupuesto para hacerlo, este año es prioridad restaurar el muelle de la Isla Gorriti” fue lo que me dijeron. “Pero Mailhos está en pleno corazón de la península y lo usa muchísima gente” pensé. Quizás se está planeando algún importante desembarco en Gorriti que ignoro, pero tampoco me sorprende ya que los ciudadanos comunes y corrientes parecemos ignorar demasiadas cosas.
Matías Bartolozzi, el guardavidas de Mailhos, durante la temporada pasada, asistió a la reunión de la Comisión de Patrimonio y vecinos de Punta del Este, celebrada el 14 de noviembre en la Liga de Fomento, donde se trataba este entre otros temas. Allí expresó su preocupación, ya que el verano pasado tuvo que asistir a varias personas que se lastimaron en el muelle, e inclusive mandó cartas a la Comisión Técnica de Guardavidas, poniéndolos al tanto del mal estado del muelle y el peligro que esto representa “Si no se arregla van a seguir habiendo accidentes y problemas” dijo.
La realidad es que pocas personas le van a hacer caso al cartel de Prefectura anunciando que esta es una zona no habilitada para baños. Los rioplatenses no nos caracterizamos por ser precisamente muy obedientes a las prohibiciones, sean del tipo que sean, es más, basta que nos prohíban algo para que nos entren unas ganas locas de hacerlo.
Cuenta una vecina, Teresa Pérez Bourse que siendo niña vio construir el muelle con bolsas de arpillera rellenas de portland. Era la década del cuarenta, no había ni rastros de lo que hoy conocemos como Rambla Circunvalación, cuando Mailhos decide erguir un muelle para alcanzar el banco de arena frente a su casa y así evitar lastimarse con las rocas sumergidas.
El muelle sufrió los embates del tiempo, el banco de arena cambió su curso debido a la nueva escollera que alteró el flujo de las corrientes. Fue restaurado en más de una ocasión, y ha sobrevivido tormentas, huracanes y gobiernos de turno por más de medio siglo.
Se rumorea que no hay verdadero interés de restaurarlo, ya que la idea es agrandar el puerto y en el nuevo diseño no hay lugar para este muelle, ni para el sentimiento de pertenencia que esta playa despierta en el pueblo de Punta del Este.