domingo, 25 de agosto de 2013

Avestruces entre nosotros

Es indiscutible, hay perros se parecen a sus dueños. Para los que se acuerden de la película de dibujos animados del estudio Disney “Los 101 dálmatas”, hay una escena muy graciosa en la que se puede observar a los amos paseando a sus perros por las calles de la ciudad, totalmente mimetizados el uno con el otro.
Los seres humanos compartimos muchas características con los animales. Y a veces están son las mejores características de algunos personajes que conocemos.
Hay un animal que tiene una particularidad, que a veces encontramos en el mundo del homo sapiens. Es un gran pájaro que no vuela y no, no es el popular pingüino, ni la esperada cigüeña. Es el viejo y querido avestruz.
El avestruz o su pariente cercano, el ñandú -ese que que corre libre por nuestros campos mostrándonos su bombachudo blanco de plumas- es conocido por una característica que siempre me llamó poderosamente la atención: Se dice que el avestruz esconde la cabeza en un hoyo en la tierra cuando se siente amenazado.
Haciendo un poco de investigación por internet me enteré que esto no es tan así. Parece que el avestruz cuando siente que hay peligro esconde la cabeza entre sus patas, a ras del piso, pero no la hunde en un hoyo en la tierra como dice la leyenda popular.
Este detalle no es en realidad tan importante, ya que a efectos de ilustrar lo que vengo sosteniendo, poco importa el verdadero comportamiento de este pajarón.
Lo que sí me importa y mucho es esa tendencia que observo entre algunos humanos de esquivar el bulto, de no hacerse cargo de las cosas. Esos avestruces con nombre y apellido que ante los problemas que ellos mismos provocan no tienen mejor idea que cavar un hoyo bien hondo, y como el pajarraco de la leyenda, meter la cabeza bien adentro dejando al resto de nosotros para lidiar con el lio que ellos mismos originaron.

¡Cuidado con los avestruces humanos! Por suerte no hay demasiados sueltos, pero uno sólo de estos especímenes en la vuelta alcanza para provocar un verdadero desastre.

viernes, 23 de agosto de 2013

La empresa chilena Enjoy hace la presentación oficial de sus planes para el Conrad Resort & Casino

Los nuevos operadores del Conrad Resort & Casino se presentaron a la comunidad el viernes 23 de agosto con un almuerzo para más de trescientas personas. Asistieron al evento autoridades nacionales y departamentales, ex presidentes, prensa nacional e internacional y organizaciones no gubernamentales de la zona.
La exposición estuvo a cargo del vicepresidente ejecutivo de Enjoy, Javier Martinez quien dio a conocer el plan de desarrollo para los próximos diez años de la compañía, con el cual Enjoy proyecta consolidarse como líder en Latinoamérica y convertirse en una de las diez empresas más importantes de la industria del juego y el entretenimiento del mundo.
En un encuentro con autoridades, representantes del sector turístico, líderes de opinión y medios de comunicación de varios países latinoamericanos realizado en Punta del Este días atrás, Javier Martinez dijo que Conrad Resort & Casino es “un pilar estratégico” para la implementación de este plan: “Conrad viene a consolidar la internacionalización de la cadena Enjoy” enfatizó.
Enjoy es una compañía chilena que comenzó hace 37 años de la mano de la familia Martinez. Hoy en día es la primera empresa latinoamericana de entretenimiento que cotiza en la bolsa de Chile.  Tiene un modelo de negocios consolidado que considera al casino como centro neurálgico de la oferta integral de entretenimiento. Esta incluye hotel, restaurantes, bares, centros de convenciones, turismo y espectáculos. Actualmente opera en Chile, Argentina y desde junio de este año en Uruguay. Conrad es su octavo emprendimiento, la empresa tiene seis hoteles en Chile y uno en Argentina (Mendoza).
La apuesta en  nuestro principal balneario es fuerte. La empresa piensa invertir trescientos millones de dólares en tres años, de los cuales ya desembolsó ciento cuarenta millones por el 45 % del paquete accionario.

“Queremos hacer del Conrad Resort & Casino el número uno de Latinoamérica en su categoría” dijo Javier Martinez en su presentación. También explicó que se trabajará en tres ejes fundamentales: una propuesta de valor para el juego y el entretenimiento, un desarrollo tecnológico de amplio espectro y el fortalecimiento del turismo de la región.
El evento incluía para quienes así lo quisieran, una visita a las obras de remodelación de parte del casino en los cuales se están construyendo nuevos bares y restaurantes y una gran terraza que ofrecerá una espectacular vista al puerto de Punta del Este. Actualmente se está construyendo un espacio multiuso que puede ser tanto un teatro como un espectacular Nightclub, con diferentes niveles.  Un cambio de estética y la mejor utilización de los espacios es parte integral del nuevo plan edilicio.
Después del almuerzo que culminó con un show de bailarines y acróbatas al estilo de Cirque du Soleil, hubo una conferencia de prensa en la cual el vicepresidente y el nuevo gerente del Conrad, el joven Juan Eduardo García, contestaron preguntas de la prensa y dieron entrevistas.
Ante la pregunta de un periodista de qué cosas consideraba que eran buenas del Conrad y cuáles querían cambiar, el vicepresidente destacó el nivel de atención del hotel y casino, pero dijo que era hora de que este hiciera un salto cualitativo y se subiera a los nuevos tiempos en materia de tecnología e innovación.
La inversión de Enjoy apuesta a crear más atractivos para prolongar la temporada media y lograr una mayor afluencia de público internacional a nuestro principal balneario. 
Desde Punta del Este le damos la bienvenida a Enjoy. Esperamos que su gestión sea exitosa y logren su objetivo de hacer del Conrad Resort &; Casino el mejor casino de América Latina.
¡Amén!


sábado, 17 de agosto de 2013

El efecto mariposa

Durante mi reciente visita a la última edición de la Expo Real Estate, realizada en el hotel Hilton de la ciudad de Buenos Aires, tuve la oportunidad de escuchar la conferencia denominada “Panorama financiero local e internacional: Perspectivas sobre los valores del metro cuadrado”.

La exposición corrió por cuenta de un tipo inteligente: Claudio Zuchovicki, Gerente de desarrollo de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires.

Durante su charla, don Zuchovicki no predijo el valor del metro cuadrado en Buenos Aires en los próximos meses y mucho menos cuanto costará el de Punta del Este.

Si dio una perspectiva de lo que puede pasar en la Argentina en el corto y mediano plazo, de acuerdo a una serie de variables e imponderables, tanto domésticas como foráneas. 

“Si lo mercados hablaran me están anticipando que el mundo empieza a mejorar a favor de los países desarrollados, no tan a favor de los países emergentes, dependiendo de cómo hayan hecho las cosas” dijo el experto.

Mientras escuchaba esta explicación no pude dejar de pensar en el viento a favor que no sólo nosotros, sino también nuestros vecinos hemos disfrutado hasta no hace tanto.  Como una cosa lleva a la otra, de inmediato recordé donde están ahora ellos, especialmente en cuanto al mercado inmobiliario respecta, y dónde terminaremos quedando nosotros.
Uno va a estos congresos para tratar de poner las cosas en contexto. No hay como salir de nuestra pequeña isla y escuchar la opinión de los expertos para poder ver todo con una renovada perspectiva. Siempre con la esperanza de entender un poco mejor cómo la situación argentina y regional nos afecta en Punta del Este. De paso poder anticiparse a las tendencias. Dentro de este espíritu, habiendo pasado más de una semana del congreso inmobiliario, un ejemplo, que Zuchovicki usó para ilustrar la situación argentina, me dejó pensando.
En un momento de la conferencia, el disertante tomó un vaso de agua con su mano, extendió el brazo y le preguntó a la audiencia cuanto creían que éste pesaba. “Debe andar por los trescientos gramos” dijeron una o dos personas. Efectivamente, ese vaso a medio llenar pesa en ese entorno. Pero la percepción de cuánto pesa ese vaso depende también de cuánto tiempo lo sostenemos en esa posición tan incómoda y antinatural. Después de media hora, la sensación para el que lo sostiene va a ser que pesa mucho más. Luego de un día, probablemente, se sienta como Atlas con el peso del mundo sobre los hombros, si es que todavía puede sostenerlo.
¿A qué viene esto? No pude evitar pensar que este vaso cada vez más pesado está también en las manos de muchos de los que tratan de seguir dando buenas nuevas a pesar de que todo indica lo contrario.
En un mundo hiper-conectado, en el que muchas empresas sin patria conocida valen más que el PBI de varios países juntos, la información es cada vez más accesible para quien se la quiera procurar.
Esos mismos brazos cansados que sostienen lo que en un momento parecía un inofensivo vaso medio lleno, deben estar sintiendo también una profunda fatiga, imposible de disimular.
La magnitud de los problemas muchas veces es directamente proporcional a cuánto tiempo duran las distorsiones. A medida que el tiempo pasa, cada vez se hace más difícil corregir el rumbo y un aparentemente inofensivo vaso de agua puede virtualmente derrotar a un individuo.
Tenemos un claro ejemplo en nuestros vecinos. También nosotros hemos tenido nuestros propios vasos de agua que sostenemos, cada vez con mayor fatiga, presos ya de dolorosos calambres y con el pulso tembleque.
La realidad nos guste admitirlo o no, es que dependemos de factores externos, prácticamente imposibles de controlar: política monetaria de otros países, tasas de interés, factores políticos y sociales de naciones que están a miles de kilómetros de nuestro pequeño país pero que inevitablemente nos afectan.
Dice un viejo proverbio chino “el aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo".
¿Y qué podemos hacer? Cuando las alas de alguna mariposa se agitan del otro lado del Atlántico, o del Pacífico, no sólo nos afecta a nosotros, por más que somos la patria de Forlán donde el director Kusturica hace un documental sobre el Pepe. Como en un castillo de naipes, las cartas van cayendo una a una hasta que los efectos llegan a nuestro remoto rincón del planeta.
Lo mejor que podemos hacer es admitir la situación, tomar las pocas medidas que el brete en que nosotros mismos nos fuimos metiendo nos permite, y tratar de campear el temporal, esperando a que los astros vuelvan a alinearse a nuestro favor.
Ahí sí, cuando los hados nos sean nuevamente propicios, esa vez ,quizás, podamos aprovechar mejor el viento de cola para hacer de una buena vez las obras de infraestructura y los cambios necesarios para que el próximo aleteo nos agarre a todos mejor parados. 

domingo, 11 de agosto de 2013

Nos dormimos en los laureles

La Expo Real Estate Argentina se cumplió por quinto año consecutivo entre el 7 y el 8 de agosto pasados en el hotel Hilton de Puerto Madero de la capital porteña.
Este encuentro de los protagonistas del negocio inmobiliario se transformó en una suerte de termómetro de lo que pasa y deja de pasar tanto en la Argentina como en la región.
Expo Real Estate cuenta de una feria donde se presentan proyectos y destinos, complementados por una serie de conferencias y talleres que le dan un marco teórico al encuentro y tratan de explicar los vaivenes del negocio inmobiliario, así como vaticinar el futuro de la industria, futuro ya de por si azaroso en este mundo globalizado e hiper conectado.
La información que uno recibe en estos congresos es casi abrumadora. Confieso que ya me había hecho una idea de lo que me iba a encontrar, y en cierta manera mis expectativas se cumplieron: un mercado inmobiliario prácticamente paralizado producto de la aplicación del cepo cambiario y la desconfianza que despierta en los inversores las políticas del gobierno del vecino país.
El CEDIN, el instrumento financiero que salvaría tanto al sector inmobiliario como de la industria de la construcción, hasta ahora no dio los resultados esperados. Apenas se concretaron negocios por unos catorce millones de dólares. Muy poco. El gobierno estimaba, como mínimo, que se llevarían  a cabo operaciones inmobiliarias por unos cuatro mil millones de dólares. Todavía queda el resto del mes de agosto para que se concreten operaciones mediante este instrumento, pero se está muy lejos de la cifra deseada.
Los principales actores de la industria de los bienes raíces se refirieron a la situación sin pelos en la lengua: “Un desastre inmobiliario” dijo el arquitecto Damián Tabakman, Rector de ENRE (Escuela de Negocios en Real Estate) y moderador de varias de las charlas.  ”No esperar que pase la tormenta, sino aprender a bailar bajo la lluvia” no lo dijo Gene Kelly, sino el  Presidente de la Cámara Inmobiliaria Argentina, Roberto Arévalo.
“Si este va a ser el tono del congreso, más vale que vayan repartiendo chalecos salvavidas y mostrándonos donde queda la salida” pensé para mis adentros.
Algo que caracteriza el negocio inmobiliario es que uno sabe cuando entra, pero no cuando sale, ya que, como bien se dice, es un resguardo para los capitales. Siempre y cuando tengamos resto para apretarnos el cinturón y no tener que salir a vender cuando el mercado está a la baja.
Como antes decía, me encontré con un panorama similar al que venia imaginando. Pero por suerte, como todo en la vida hay sorpresas, gratas y de las otras, y en este caso confieso que me fui de la Expo Real Estate más optimista de lo que había llegado.
¿Por qué con un panorama como el que vengo pintando digo que vi algo parecido a una luz al final del túnel?
Primero porque por fin se animaron a ponerle el cascabel al gato y los líderes de la industria inmobiliaria argentina no edulcoraron la realidad. Admitieron públicamente y ante cientos de personas que se viven tiempos muy difíciles. Hasta que no reconocemos un problema no le podemos encontrar una solución, y cuanto mas tiempo lo ignoramos mas crece como un silencioso cáncer que todo se lo lleva. Es por demás elocuente que en la feria había veintisiete proyectos extranjeros y solamente siete argentinos. Nuestros hermanos rioplatenses siguen teniendo plata, apretada y bien escondida de la AFIP y no la quieren dejar en su país.
Buscan invertirla en EE.UU (con Miami como la vedette indiscutida de la feria) Panamá, Paraguay o Perú.

Bajo perfil

Uruguay no fue prácticamente mencionado en los congresos, si bien marcó presencia en la feria con un algunos emprendimientos e inmobiliarias de Punta del Este, proyectos en Montevideo, las dos gremiales ADIPE y CIDEM compartiendo un stand y la presencia del Director de Turismo de la IMM, Horacio Díaz.
A riesgo de hacerme goles en contra, ser una vende-patria y otros horrores que puedan querer endilgarme por lo que voy a decir, no pude evitar quedarme con la sensación de que nos dormimos en los laureles. Creímos y creo que la mayoría de nosotros todavía creemos que a pesar de todo nos van a seguir eligiendo. ¿Saben algo? Después de esta feria, ya no estoy tan segura. Hay otras opciones, otros haciendo los deberes y colándose en las grietas que dejamos abiertas.
Que tenemos mucha gente cautiva que invirtió en Punta del Este y lo considera como un apéndice de Buenos Aires, claro que si. Pero si nos ven tan parecidos a ellos y tomamos medidas que de muchos modos nos aproximan, nos deja en una posición muy precaria. Ya dejamos de ser aquel lugar en el que se sienten como en casa, pero saben que las reglas son muy distintas. Ahora estamos más entreverados y algunas medidas que tomó nuestro gobierno nos dejó más vulnerables, y eso se siente. Ya no se habla de Uruguay como un lugar que puede servir como un refugio de capitales. ¿Y por qué después de todo esto sigo optimista?
¿Saben por qué? porque en este congreso vi un punto de quiebre. Escuché hablar no solo de metros cuadrados y rentabilidad, sino de proyectos arquitectónicos, de creatividad, de productos bien pensados para un público especifico. Se acabó la época de las vacas gordas y hay que reinventarse y verse con los ojos con que nos ven otros: nuestros clientes y no nuestros compañeros de partido político, ni nuestra familia o amigos.
Tenemos que probarle a un público más informado, con más opciones que seguimos siendo una opción viable. Es hora de que hagamos los deberes, es un desafío, una oportunidad, un deber. El de re inventarnos para que nos sigan eligiendo. No es la tarea de uno solo, es el deber de todos.