miércoles, 29 de julio de 2009

Invierno: 1 - Puntaesteños: 0


Y dale con el viento y la lluviecita, hace ya varios días que los que no nos escapamos a paradisiacas playas o a fascinantes ciudades en el hemisferio norte, ya sea porque no pudimos (la mayoría) o porque no quisimos (los masoquistas), estamos sufriendo la inclemencia del invierno esteño.
En el último mes se han volado vidrios y carteles varios, se han caído grúas, los barcos del puerto se soltaron de sus amarras convirtiéndose en una atracción turística dándonos algo de que hablar y una oportunidad de ensayar nuestro talento fotográfico. La cuenta de electricidad se fue a las nubes y ya uno ni se acuerda como era usar zapatos sin medias, ni hablar de un traje de baño.
No importa, nos decimos los unos a los otros valientemente, ya falta menos, una vez que lleguemos a mediados de agosto lo peor ya pasó, nadie termina de creerse esto del todo, pero como bien dicen “al mal tiempo, buena cara” si encima que nos estamos c------ de frio estamos con cara de o--- (perdón por lo escatológico de este artículo, pero el frio no se anda con chiquitas y yo tampoco).
Si encima dejamos que el invierno nos desmoralice, nos zarandee con su viento, nos escupa con su lluvia, nos desconcierte y nos ponga contra las cuerdas con sus repentinos cambios de temperatura, golpe bajo tras golpe bajo y nos deje con ganas de tirar la toalla…. No vale, hay que darle una buena pelea a ese tirano, aunque es un peso pesado y nos hace volar por los aires como si fuéramos peso pluma, si volamos y nos caemos del ring vamos a hacerlo con dignidad, y volvamos al ruedo para tratar de dejarle un ojo negro o darle un buen derechazo a la mandíbula, no vamos a darle el gusto de que encima se envalentone y se sienta como en casa, no vaya a ser que decida quedarse una temporadita más.

martes, 21 de julio de 2009

Quiero tener un millon de amigos... (en facebook)



A veces pienso que si el tiempo que paso publicando boludeces en facebook como si a alguien le importara “mi estado”, monitorear mi humor hora a hora, minuto a minuto, ver si ese día me levante con el pie derecho o me cayó mal el café con leche de la mañana, si ocupara ese tiempo en otra cosa mi vida y mi persona se tornarían más interesantes.

Lo atrapante de facebook es que te da la ilusión de tener un público, una ciber-audiencia pendiente de uno. Quien escribe este articulo tiene este momento 177 amigos en el mundo cibernético, la verdad sea dicha que no tengo, tuve ni tendré 177 amigos, sin embargo parece que torturo a una gran cantidad de gente (asumiendo que no me han eliminado) con mis humores, mis ocurrencias, mis genialidades generalmente no demasiado geniales, numerosas fotos de mi mascota a falta de fotos de hijos, y a su vez me someto a leer innumerables comentarios sosos, a ver millones de fotos malas, y a inmiscuirme en la vida de gente que no me interesa demasiado.

Está bien, fanáticos de facebook, alguna cosa buena tiene: te permite ponerte en contacto con gente de la cual hace siglos habías perdido no sólo el teléfono sino la esperanza de verlos nunca más en tu vida. Si tenés amigos en otros países o en el otro hemisferio, te permite darles envidia publicando fotos tuyas chapoteando en el mar cuando en el otro lado se están c… de frio, te permite mandar y recibir invita ciones a eventos, fiestas, viene bien cuando querés darle envidia a algún candidato medio quedado publicando una foto abrazada del más buen mozo de la clase, oficina, gimnasio… no importa, se entiende la intención ¿no?

Facebook también tiene otra ventaja, te permite perder el tiempo en el trabajo olímpicamente y sin embargo si te miran de lejos y no ven tu pantalla parece que estuvieras trabajando, tal es la concentración que ponemos para ver esas fotos en bikini de aquella conocida, disimulamos con mucha calidad la sorpresa que sentimos ver que aquel otro ciber-amigo ya no se define como “casado” y que menganito al que no ves hace 10 años “está en una relación y es complicada”, o te tomas un tiempito haciendo un test de cuál es tu color favorito, o que fuiste en tu vida anterior, a que celebridad te parecés, o que posición te gusta del kamasutra. La cara y actitud de concentración engaña a cualquier jefe o supervisor, siempre y cuando él o ella no use facebook también, ahí hay problemas ya que conoce del tema y no se va a dejar embaucar tan fácilmente.

Dicen que facebook supera los 250 millones de usuarios, así que más vale rendirse al ciber-encanto de tener una red social a la cual podés no ver nunca en persona, la verdad que eso no es relevante ya que mientras prendas la computadora y encuentres a alguien dispuesto a interesarse por nuestra a veces rutinaria y banal existencia, sirve para darnos la ilusión de que no estamos solos y al fin y al cabo, eso es lo único que importa.