La distancia social, o más concretamente el
aislamiento, -como lo fue en el caso de mi cuarentena preventiva luego de
volver de Holanda-, hacen que uno se entretenga haciendo cosas para las cuales normalmente
no tiene, o no se hace el tiempo.
En mi caso fue asistir de forma
remota a la conferencia: “Cinco cambios en las campañas políticas que trajo el
COVID-19”
Esta conferencia fue dada por el
consultor político ecuatoriano Andrés Elías, un experto en comunicación política
digital.
Andrés empieza su conferencia
hablando de la pandemia y sus consecuencias para la economía mundial, se calcula que se van a perder unos 25 millones de empleos, y se dice que esta
crisis va a ser más devastadora que la del 2008.
En un escenario semejante es tiempo
de reinventarse, todo un desafío para los políticos latinoamericanos que en su mayoría
son varones mayores de 45 años, acostumbrados a las campañas de cercanía, a “caminar
el territorio”, a los actos políticos presenciales, a la reunión en el comité.
Todo eso se acabó por un tiempo.
Las campañas en general se caracterizan
por tratar de dar a conocer y humanizar al candidato. La foto del político besando
el bebé o abrazando a la viejita sonriente ya no son posibles en el tiempo del
distanciamiento social. Es tiempo de reinventarse.
Las campañas van a ser en su mayoría digitales
y por WhatsApp, para lo cual es muy importante la tecnología y conceptos como microsegmentación
y la georreferenciación. Toca modernizarse y aquí es donde un buen asesor en
estos temas pasa a ser muy importante. Llegar a distintos públicos con
distintas herramientas.
Otra característica de las campañas políticas
en los tiempos que se vienen es que no van a poder ser campañas que sean
percibidas como millonarias. Nadie en tiempo de crisis quiere ver que el
dinero, ya de por si escaso, está siendo gastado a manos llenas en carteles,
remeras, merchandising o pautas publicitarias. Según Elías, una campaña que sea
percibida como austera va a ser mejor recibida en estos tiempos de incertidumbre. La sociedad está susceptible y si una campaña es
percibida como un derroche de dinero, el efecto puede ser el contrario al
deseado.
Otro concepto que se manejó es el del contenido “snackable”. Se
llama así al contenido digital más actual y
divertido, es el que llena nuestro feed de Instagram de fotos y vídeos de
colores, recursos creativos y una estética que engancha. Como
su nombre indica, es un snack, un aperitivo para la vista, que hace que
queramos consumir más y más. Muchas marcas llevan años invirtiendo y afinando
su comunicación a través de este estilo de contenido moderno, atractivo y de fácil registro.
Obsoletos quedaron los largos discursos del candidato sentado en
su despacho, las fotos del candidato abrazado a otros correligionarios con la insignia
del partido de fondo. Ese mensaje y esa estética corría en los años setenta
cuando había cuatro canales de televisión, ahora la gente sufre una sobrecarga
de información. Se calcula que diariamente vemos unos 3000 a 5000 contenidos, el
equivalente a unos 165 periódicos al día.
Como verán no son pocos los desafíos que también tendrán que
enfrentar las campañas políticas. El concepto de distancia social llegó para
quedarse con nosotros por tiempo indeterminado y con él nuevos desafíos.
El que se “aggiorne” primero va a correr con ventaja.