domingo, 24 de noviembre de 2013

Los dinosaurios

Los mismos dinosaurios de siempre, esos a los que les cantaba el genial Charly García anunciando su desaparición, se resisten a morir.
Y los dinosaurios son así, pintorescos, de gran porte y  sobre todo obsoletos. Pertenecen en los museos de historia natural, pero se empeñan en seguir circulando por las calles. Cada tanto alguno hace el esfuerzo de modernizarse un poco y aparece por las redes sociales, a veces con algún alias para meter la paja en el ojo ajeno.
Hay dos características notables y comunes en todos los dinosaurios: la falta de autocritica, y los delirios de grandeza. Los dinosaurios se encuentran a sus anchas en la política, tejen alianzas, las destejen, se traicionan,  se abrazan y sobre todo se sacan fotos en las que se destacan sus vientres prominentes de tanta parrillada. Los dinosaurios son amigos de los discursos grandilocuentes y los gestos airados.
Los dinosaurios en general son machos, hay alguna hembra dando vueltas, pero en general estas no sobreviven en este combo de vino tinto, choripan, demagogia y testosterona. Si alguna hembra de otra especie se acerca a la cofradía de dinosaurios, estos ven si pueden usarla de alguna forma por un ratito pero pronto se aburren de ella y la descartan sin demasiados miramientos.
En Maldonado abundan los dinosaurios. Viven en un mundo alternativo en que necesitan de otros dinosaurios que validen su existencia. Es en el mundo “dinosauril” en que se montan culebrones de amores interesados, lealtades traicionadas, proclamas y pactos que nunca se pensaron cumplir.
El resto de los seres miramos asombrados a los dinosaurios y sus torpes andanzas, cantando bajito el estribillo de la canción de Charly: “Los amigos del barrio pueden desaparecer, pero los dinosaurios VAN a desaparecer.


miércoles, 6 de noviembre de 2013

Punta del Este en toda su orfandad

El día martes 5 de noviembre se llevo a cabo la tercera audiencia pública del Municipio de Punta del Este, en el marco de la ley 18.567 que prevé estas instancias participativas, en las que este experimento del tercer nivel  de gobierno rinde cuentas ante la ciudadanía.
La convocatoria fue buena. Una casi colmada Liga de Punta del Este, a la que acudieron los vecinos de toda la vida, extranjeros residentes, gente del Barrio Kennedy, algunos representantes de organizaciones vecinales y los agitadores de siempre. Una excelente representación de los diferentes personajes que componen la rica y heterogénea vecindad puntaesteña, se aprestó a sentarse por una hora y media a escuchar los discursos de los concejales y el alcalde de Punta del Este. La rendición de cuentas fue una suerte de narración en la que se enumeraron los distintos proyectos en los que participó el municipio. Nada de números ni de presupuestos, mucha relato por parte de los representes municipales.
La mayoría de los concurrentes se había acercado seducidos por la instancia participativa, ya que una vez finalizados los monólogos, interrumpidos por alguna pregunta u observación, se le dio la oportunidad a la gente de participar. A esa altura mucha de ella ya se había retirado, vencida por el hambre, el cansancio o el aburrimiento.
Los valientes vecinos que se quedaron plantearon problemas que parecen ser siempre los mismos, y si no son los mismos, son muy parecidos a los que hemos escuchado en las dos audiencias anteriores. El  estado de los espacios públicos, el descuidado patrimonio, la seguridad, los ruidos molestos, el abandono de algunos edificios y galerías, el estado de la avenida Gorlero, fueron algunos de los temas que se trataron en esta audiencia pública.
Las respuestas también son similares. Expedientes presentados ante la intendencia que se demoran, disculpas, excusas. Pocas soluciones y muchos reclamos.
Considero muy importante destacar la ausencia de los directores de la Intendencia de Maldonado. Solamente se contó con la presencia de una maestra de la Dirección de Cultura, que casualmente era la mujer de uno de los concejales del Municipio de Punta del Este. El resto de los directores brillaron por su ausencia.
Es triste comprobar que Punta del Este sigue siendo el lugar al que se exprime al máximo, pero cuando llega el momento de asignar recursos o de escuchar los reclamos o sugerencias de los vecinos que pagan cuantiosas contribuciones inmobiliarias, nadie de la Intendencia Municipal de Maldonado considera ni siquiera necesario concurrir para dar la cara.