domingo, 27 de enero de 2008

Sin reina ni príncipe

Este año no hay Reina de Punta del Este en el Cantegril, también lamentablemente se nos fue el príncipe D’Arenberg. Perdimos dos símbolos del Punta del Este que todos conocemos, soplan vientos de cambio y a veces es difícil saber sin son virazones o pamperos.

Me dicen que los publicitados apartamentos de nombre monosilábico de la avenida Roosevelt se venden como pan caliente. ¡Que maravilla! Pero que buena noticia para los inversores, que contando con la ya consabida frivolidad esteña, apostaron por un producto de precios más moderados, el aval de un conocido diseñador, mucha prensa y propaganda anaranjada.

SIPE, o el salón inmobiliario de este año en el Conrad se mostró mucho menos rumboso que el año pasado. Atrás quedaron los edificios de alto vuelo que se construyeron en la Brava y ahora se promueven departamentos más modestos, más accesibles para bolsillos plebeyos. De todas maneras no puedo dejar de preguntarme: ¿Quién va a comprar todos estos departamentos? Caros o baratos, la verdad que son muchos, parece que todos los días me entero de algún edificio nuevo que se está construyendo o en vías de ser construido. Ojalá que no queden esqueletos como los que dejó la última bonanza inmobiliaria en la ahora remozada Avenida Roosevelt, en fin… una de las ventajas que tiene cumplir años es que me acuerdo del boom inmobiliario de principios de los 80 y su consiguiente pinchazo.

Ayer comentábamos con unos amigos “Ya no conocemos a nadie,” antes uno se encontraba con gente conocida, no una sino varias veces por día, en la calle, en la playa, en el supermercado, ahora cuando uno se encuentra con un conocido lo saluda con una efusividad que no es proporcional a la alegría que nos produce ver a esa persona en particular, es más alivio al ver que todavía formamos parte de este Punta del Este lleno de desconocidos que compran departamentos en estos nuevos edificios que brotan como hongos en un día de humedad.

Este año nos quedamos sin dos representantes de la original “realeza esteña”, uno verdadero que ayudó a que Punta del Este ascendiera a primera división entre los balnearios internacionales y uno de ficción, una linda jovencita que por un año se ha de divertir bastante ¿Quienes heredaran el trono? Ojalá que nos toque una monarquía benévola y con visión de futuro que entienda que el equilibrio de Punta del Este es muy precario y necesitamos unirnos los de sangre azul y los plebeyos para proteger esta gallinita de los huevos de oro que tenemos.

Florencia Sáder
Punta del Este, enero de 2008

jueves, 17 de enero de 2008

El Reino del Mar-keting



Los primeros días de enero con su histeria y frenética actividad concentran mas del 80% de las actividades del balneario. Fiestas varias compiten contra desfiles, conciertos, torneos de tennis, polo, rugby, presentaciones de libros, carreras de autos clásicos, todos tratando de captar a un mareado publico que corre de un lado a otro tratando de no quedarse afuera del ese “imperdible” evento. En esta época son infaltables los lanzamientos de edificios y emprendimientos, con su consiguiente marketing y venta de un estilo de vida privilegiado que solo se puede conseguir en X, como publicitan los atractivos folletos destinados a seducirnos en soltar los dolares o euros en asegurarnos un lugarcito en el reino de los elegidos.



Espejitos de colores, eso es lo que vi hace unos días en el lanzamiento de un edificio en un lugar improbable que publicitaban como el nuevo “Art District” (la Avenida Roosevelt) que hasta donde yo se, lo mas artístico que tiene es un par de mueblerias. Mucho ruido y pocas nueces me pareció la cosa. Comprar el nombre de un diseñador famoso y marketinero, una estructura abandonada en la Roosevelt y a eso sazonarlo con mucho condimento anaranjado, en un producto destinado a: A quien me pregunto yo? A los jóvenes y ya no tanto que quieren el glamour de vivir en un edificio “inspirado” por este diseñador responsable de un par de famosos hoteles en Miami y Nueva York?? A extranjeros que realmente se crean que la Avenida Roosevelt es el nuevo “Art District”? Punta del Este nunca deja de asombrarme.

Ayer tuve otra experiencia que ilustra esta crónica, estuve buscando un regalo para una amiga que cumple años el 9 de enero, siempre me pasa lo mismo, me enojo conmigo misma por no haber pensado en comprarle el regalo antes en algún lugar mas lógico y no tener que pagar precios de “principios de enero” por cosas que muchas veces no valen ni la mitad. Decidí buscarle un regalo en un gran galpón a la entrada de Punta del Este que vende en su mayoría ropa, muebles y accesorios traídos de la India, pero bajo la marca de dueña del negocio. Las cosas no son demasiado distintas que las que vende el “Indian Emporium” a una fracción de lo que aquí cuestan, pero uno esta pagando por un poco de “glamour” que parece ser tan necesario en esta ciudad. No hace falta decir que mi amiga se quedo sin regalo “glamoroso” ya que me niego a pagar precios exorbitantes por cosas que no lo valen. En fin… de eso vive Punta del Este en gran parte, y vivan los espejitos! Mientras sean otros los que los compren y nosotros los que los vendemos.