martes, 7 de septiembre de 2010

Muerte e impuestos

“En este mundo nada es seguro, excepto la muerte y los impuestos”, esta es una frase usada por diferentes autores- entre ellos Daniel Defoe creador de la novela Robinson Crusoe-, y el político, científico e inventor estadounidense, Benjamín Franklin. Este último utiliza esta oración en una carta escrita en 1789 a Jean-Baptiste Leroy, un físico y escritor francés, con quien solía mantener correspondencia.

Pasaron más de doscientos años, y este enunciado parece estar más vigente que nunca. La guadaña y los impuestos siempre están presentes en nuestra vida; la primera recordándonos la finitud de nuestra existencia, y los segundos acechándonos desde varios frentes. Algunos de ellos los conocemos por siglas que suenan a nombre propio: IVA, IRPF, IRAE, ITP, IP, IMESI, IRNR, IMEBA. Por medio de estos muchachos, principalmente el omnipresente amigo IVA- responsable por el 54% de la recaudación en el 2009, según el Ministerio de Economía y Finanzas- el Estado se hace de nuestra platita para solventarse y usar el resto en intentar satisfacer las necesidades de los ciudadanos.

El 1 de septiembre pasado se presentó la ley Presupuestal al Parlamento. El proyecto, que si es aprobado empezará a regir el 1 de enero de 2011, prevé un aumento del gasto público global del 18% en términos reales, hasta 2014.

Un presupuesto que prevé gastar casi un quinto más que el anterior, es un presupuesto envalentonado, expansivo en el gasto, que despierta cierta intranquilidad entre los ya estrujados contribuyentes.

La ley Presupuestal incluye en uno de sus artículos una previsión para frenar el gasto, si las optimistas previsiones de crecimiento no se materializan. De todas maneras es difícil pensar como se podría recortar el gasto en ciertas áreas que se privilegian en el nuevo presupuesto como ser: seguridad, cárceles, INAU, educación, vivienda y salud. La poda tendrá que venir por otro lado, -¿o habrá que recaudar más para mantener la maquinaria en funcionamiento, si el crecimiento es por debajo del pronosticado?-

En Maldonado, una de las maneras previstas para recaudar más dinero para las arcas departamentales, es el polémico reaforo catastral que planean realizar al Este del arroyo Maldonado. El anuncio de esta medida creó una pequeña y pasajera conmoción, colándose en la tapa del diario argentino La Nación, agitando a los propietarios argentinos, ya escaldados por las presiones tributarias de su propio país.

A nivel nacional se prevé subir el sueldo de los ministros un 31.5% y agregar 63 cargos públicos de confianza a los ya 132 existentes, eso se traduce en más sueldos, más superposición de funciones, más burocracia. Dudo que se supriman estos cargos una vez adjudicados, si los pronósticos económicos terminan siendo menos halagüeños que lo pensado.

Decía el editor y empresario estadounidense Steve Forbes, nieto del creador de la famosa revista especializada en negocios y finanzas, que lleva su apellido: “Los políticos dicen ‘no podemos darnos el lujo bajar los impuestos’. De repente lo que no podemos es darnos el lujo de mantener a los políticos.”

Ojalá que las favorables predicciones económicas para el próximo quinquenio se hagan realidad, y el incremento del gasto público propuesto se traduzca en calles más seguras, ciudades y pueblos más limpios, menos gente viviendo en asentamientos, cárceles más humanas, mejor educación y salud, en fin, la lista puede seguir ad infinitum.

“Jugátela acá que no te van a expropiar ni te van a doblar el lomo con impuestos” dijo nuestro presidente, el 11 de febrero de este año a un grupo de 400 empresarios, mayormente argentinos, en un almuerzo de negocios que tuvo lugar en el Hotel Conrad.

Esperemos que nuestro presidente pueda mantener la promesa que hizo ese día, y ese 18% más de gasto previsto para los próximos cinco años, provenga de los optimistas vaticinios para nuestra economía y no de los bolsillos de los contribuyentes.

No hay comentarios: