jueves, 14 de octubre de 2010

La verdadera prueba del 12


“La Prueba del 12 da: Buena Temporada” se titula una nota publicada el 11 de octubre en el diario El País. “Exitoso fin de semana largo trae buenos augurios para el verano" dice un titular de La Republica, del mismo día. Pinta una buena temporada, dicen los comerciantes, los propietarios de inmuebles en alquiler, los recaudadores de la DGI, afilándose los dientes.

Los astros parecen haberse alineado de manera que las predicciones para el próximo verano sean auspiciosas: Brasil está caro y muchos brasileños le están tomando el gustito a vacacionar en Punta del Este; aunque la diferencia cambiaria con Argentina no nos favorece, sí lo hace la inflación que se ha instalado cómodamente en este país, sin intenciones de irse en un futuro cercano. La costa argentina tampoco está barata, e indiscutiblemente tiene más cachet decir “Este año veraneamos en Punta” que “Este verano nos vamos con la patrona a Mar del Tuyú” (ojo que no tengo nada personal contra ese lugar, que bien lindo debe de ser). Por último, Uruguay ya no es un destino desconocido para europeos, norteamericanos y asiáticos, de a poquito empezamos a verlos cada vez más por nuestras costas.

Los puntaesteños tuvimos este pasado fin de semana un abrupto cambio de ritmo. Salimos de nuestra cómoda cadencia primaveral y pasamos a algo bastante parecido a los días de la pre-temporada, en los que empezamos a ver aparecer en nuestras playas, restaurantes y negocios una horda de visitantes ávidos de sol, comida, mercadería, diversión.

Es innegable, los que vivimos del turismo, - o sea la mayoría de la población del departamento- nos entusiasmamos al ver tanta gente. Nos brillan los ojitos al leer los halagüeños titulares, nos gusta comprobar que al largo invierno de semáforos apagados, se sucede el verano trayendo centenares de turistas, deseosos de dejar sus dólares, euros, reales y pesos en nuestras arcas.

Una vez superada la “Prueba del 12”, no puedo dejar de pensar que un par de chispitas, como las provocadas por los bienintencionados artículos de El País y La República, son suficientes para empezar un incendio incontrolable que arrase con todo lo que encuentra a su paso. Este tipo de titulares optimistas son el combustible que alimenta la suba de precios que a la más mínima provocación, es propenso nuestro querido balneario.

Es verdad que la temporada es corta, y que muchos negocios abren sus puertas por unos escasos cuarenta días, pero eso no es excusa para pensar que los veraneantes son tontos y que van a aceptar pagar cualquier cosa simplemente porque tiene la etiqueta “Punta del Este.”

Fines de semana como el pasado son verdaderas pruebas, pero lo que está en tela de juicio no es si la temporada va a ser buena, mala o regular, sino nuestra capacidad de mantener la calma ante estos titulares incendiarios.

2 comentarios:

Unknown dijo...

me gusta como lo ves, siempre con claridez!

Ignacio dijo...

Me encantó! En serio, no tienen desperdicio ni una de tus palabras. 10 Puntos!